Alguien me dijo que, para tener éxito en la vida tendría que olvidarme de ser una rata (la vida es un barco a la deriva, las ratas brincan primero), en aquel tiempo no le di importancia, sino más bien a los 25 años contemple que poco o nada; había hecho de mi vida.
Lo mismo sucede, con los propios alumnos que solo van a clases por cuestiones de azar, no hay un motivo o efecto en ellos que los haga levantarse al día para adentrarse al aula, los casos de deserción en la escuela van en deterior a pesar de contar con psicólogos o las famosas clases extracurriculares, que lo único que hacen es atrofiar el descanso del alumno sin antes cuestionarle sobre el contenido que espera recibir.
En ocasiones, el ir a la escuela lo toma como distracción de primer momento más luego analiza como el tiempo y las clases avanzan que considera saltarse la barda como una opción para muchos episodios, las investigación de hasta hoy determinan dos vertientes de las que los alumnos se apropian y echan la culpa. Desde la deficiente preparación del personal con que trabajaran los alumnos hasta la diminuta organización de tiempo y contenido que se les otorgara a los alumnos. De lo que olvidan, el famoso “proyecto de vida” que debería ser convertido como círculo prioritario en que el alumno, verifique y recuerde en el tiempo que considere necesario, aquellos sueños y posibles acciones que tiene que lograr en momentos que el mismo se proponga, el docente seguirá siendo su formador y acompañante, pero de inicio el alumno ya eligió acorde a sus necesidades y sentimientos, lo que espera y anhela lograr.
Investigaciones mencionan que el proyecto de vida, no es más que la organización y planificación individual de objetivos, inquietudes, metas personales, considerando experiencias previas y alternativas para transformar y disfrutar la vida. En este sentido, Maldonado y Dorduche (citado por Cuevas, 2004), manifiestan que el proyecto de vida implica conocerse a sí mismo, darle sentido a la vida a través de proyectos y metas.
Haciendo participe al desarrollo del pensamiento creativo, que tiene como objetivo tener la oportunidad de que conscientemente se despierte y activen las habilidades del pensamiento creativo e innovador, aplicando la capacidad para generar e implementar nuevas ideas, métodos y soluciones, que incrementen la calidad de vida tanto a nivel personal como social.
Luego entonces, los alumnos tendrán mejores herramientas y contenido que aporte a su vida diaria, al igual que a su personalidad, evitando el regazo educativo o la interrupción indefinida de algún nivel educativo, los proyectos de vida nos permiten ser únicos, complejos y multidimensionales; con responsabilidad los alumnos podrán tomar las riendas de su vida reconociendo las circunstancias determinantes que desean mantener y cuáles desecharan o transformaran para su proceso de crecimiento.